Dolor

Me encuentro en la acera del bulevar. Como un niño que mira el más hermoso juguete pero que no puede pagar.

Encuentro una limitante en la ventana para poder tomarlo y correr hacia la felicidad.

Mis sentidos se doblegan y la locura me estremece entre tanto que me ahogo en llanto en cada anochecer.

Se me rasga el alma como un trapo roto. Se me rasgan las ideas y me clavo agujas en el pecho.

La impotencia me carcome porque creo que Dios no está de mi lado. Siempre he pensado que nunca lo ha estado.

Me aterra la idea de perder el aliento, de perder un tesoro. Maldigo la hora en que se forjó este hombre y decidieron hacerlo como es.

Maldigo a los hombres que destruyeron mis sentimientos y me humillaron entre tanto lodo y me hicieron comer del odio y beber de su veneno asqueroso.

La podrida escama que carcomió mi corazón le atoró con una piedra las emociones.

Desearía volver al pasado y escoger a otro padre y rogarle a mi madre que no cometa los errores que cometió.

Ahora que estoy aquí en la cima de la montaña, deseara dormir eternamente y despertar desnudo en un nuevo amanecer que me llenara de esperanza.

¡Que alguien me arranque el corazón y me instale una nueva alma que la mía esta podrida y agonizante!

Comentarios

Entradas populares de este blog

Fantasmas

El vacío

El ocaso de la podredumbre