La fuerza que palpita

¿Has encontrado un bocanada de aire en medio de los escombros de una vida?

¿Has pensado en peinar con besos un alma que se conecta con la tuya en una misma vía?

¿Has pensado cómo tu sombra me hace morada para apartarme del verano de tristeza que seca las raíces?

¿Has visto como palpita el corazón?, me pregunto, ¿qué le da la fuerza a la carne que golpea con sangre las venas sin parar?


Lo más cercano a entender al corazón, me pone en su posición de dejarme llevar por ese impulso que lo mantiene dando vida. ¿Sos como uno para mi? Es curioso que esa misma energía que brota de la rueda en el centro de tu ser venga a ser la luz que brota de la rueda que inflamas cual llama ardiente desde la tuya. Me conecto con la batería baja y permanezco enchufado a tu sonrisa, aherido a la carne como templo que seduce a falta de fe con tal recobrar la senda religosa del querer.

Estuve aparcado a la orilla de la calle sin rumbo de corrientes emotivas por un tiempo. Aguardaba la razón para mover el carro de los detalles, las oraciones y los sentimiento nombre para un alma que lo valiera. Ahora que lo siento me he vuelto semilla que plantaste en el jardín de la ilusión. Esta pues ya germina con locura y no veo marcha atrás; al contrario, se nutre cada día de tu mano.

En cada puesta de sol te veo impresa. En cada amanecer ahí estás creando un nuevo día. Al medío día estás plenas sobre el mundo. Me golpeas la cabeza con ideas y pones mi mente a gestar un mundo de ideas para darte a comer el mundo en porciones sinceras.

Mi corazón es ahora una hoja de papel blanco. Los colores con que lo llenas son como un hechizo. El hechizo son tus besos. La locura de quererte. De sentirte aún cuando no te veo.

Escribo líneas con una constante línea dibujada. Ahora hasta pongo tu nombro en un cuaderno imaginario como un niño que no entiende nada. Bebo tu nombre cada vez que puedo para recordarme que sigo vivo. Me diste de comer lo que tanto había esperado.

Mírame perderme en tu mirada. Mirame reírme sin razón alguna siendo un tonto. Mírame actuar sin ningún sentido. Mírame como se me ilumina el rostro. Mírame ahora que la vida es una.

Mírame sumergirme en tu fuente. Mírame hoy, también hazlo mañana. Mírame cuando ya no me veas. Mírame en cada personas que te mira. Mírame un girasol. Mírame donde tú quieras.

Mírame en lo azul, lo gris, lo negro. Ay amor, lee a mis ojos que tienen mucho que decir por cierto. No sé si hablará el diablo o un ángel mensajero. Quizás ninguno exista y solo esté yo dándote la mano al final del sendero esperando una nueva vez poder verte y creer así que ya nunca muero.

JS









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