Rompecabezas
Como quién juega sin saber las reglas así él, echó su suerte.
Nadie lo advirtió y se dejó llevar.
Esclavo de seducción, embrujado por un perfume y hambriento de amor; él separaba su alma de la mente.
Condenado por si mismo, ahogado por la soledad y cegado por la burla: cayó en su trampa.
Engañado y con su alma hecha pedazos, pasó de la ilusión a la separación de piezas.
¡Sí, de piezas!
Corazón de rompecabezas, desarmado por un encanto en tacones.
Estado actual: En peligro.
Su alma se dio en venta y un único comprador accedió al precio.
Como un demonio sagaz ella se alimenta de su dolor.
Por más que trata de mostrar su interés, la asesina le ignora y continúa matando lo que queda de su ser.
Acá ya no hay consejos, acá no hay más que decir; el fruto está podrido y la mosca sembró gusanos.
Los besos del demonio tienen precio pero las cuentas están vacías y ya no hay con qué pagar.
Ni escaparse de su cuerpo le haría bien, ni evitar su presencia le haría bien.
Ahora el piensa que morir es todo lo que puede hacer.
No hubo medicina, no hubo como sanar.
Nadie lo sacó de la cárcel y así llegó la condena que el demonio impuso a pagar.
Como su propio juez y con un adorno el reloj se detuvo, el adiós se hizo eterno.
Ella, destruyó una más y cobró venganza a nombre de otro.
Amor que bello... Me encanta todo lo escribes :), eres demasiado bueno.!
ResponderEliminar