en el abismo de la naturaleza que soy
Soy nadie, nada hago; pareciera que aunque no quisiera tengo veneno que carcome las almas.
Soy nadie, dentro de un lago de placer cegado en la penumbra; veo como un perro muerto vive en mi y huele a un plan malévolo que carcome lo que toco.
Rechazo los actos, pienso distinto pero mis manos cortan la piel que se acerca a un metro de distancia.
Culpable de mi propio juicio, donde el juez sólo calla y me ve a los ojos para bajar la mirada.
Río que no se devuelve, maldita sea la hora en que las espinas me envenenaron.
Tomé la fórmula secreta y el magma ardiente paso a embrujarme con aroma a mujer.
Pecado y condena; sin redención la verdad es una y la respuesta la misma.
¿Mirá quién sos?
¡El mismo que vive en el abismo de mi yo!
Intento fallido, derrota similar, golpe fuerte, la perdida de un ser bello que iluminaba mi ser.
No sé qué hacer, no sé como hacer, no sé qué hacer, no sé cómo hacer.
Que alguien me lleve a dormir y renazca siendo humano; que alguien me lleve a dormir y renazca siendo sabio.
¿Dónde puedo encontar otro cuaderno para escribir la historia?
¡Ayúdame!
Clamo desde mi interior.
¡Ayúdame, ayúdame soledad!
No soy oscuro, no soy maldad y no me acerca a ella, pero envuelvo todo en ese abismo que soy, mi naturaleza estúpida sin razón actúa aunque me lleve de la mano lo que soy, sin entender lo que hago.
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