Brebaje pal corazón
Tengo un hongo venenoso que carcome mi cabeza. Se adueña de todo lo que me da vida y me seca las esperanzas. Este hongo asqueroso es pestilente e incómodo como una aguja que se mete en el talón. Es el hongo radioactivo que se expande, no da tregua, aunque se disipa por las noches cuando logro conciliar el sueño. Es como una rata que escarba en la madera de mis cesos. Uñas largas de una bruja se clavan en mi piel como espinas. Busco con ansiedad beber de la paz. Cualquier brebaje que se consuma ya se de una bruja o de la muerte. Solo busco un brebaje pal corazón, agua que refresque la amargura de esta sed y la peste de la ley. Se escucha la sombra caminar desde andre, sus pies rompen desde adentro, los cristales que yacen en el piso y ahí se dibujan las telarañas que hablan con crujidos que besan a la noche silenciosa. Mi lecho está que arde, mi cuerpo inherte, mi mente corre en círculos. Mis ojos secos sin parpadear y mi boca hecha un desierto seco y agrietado que consumo la carne...